Es un programa de supervisión y monitoreo de individuos en libertad condicional que presentan riesgos de renunciar a los requisitos del régimen abierto y regresar a la prisión. El objetivo es reducir la población de la prisión y los costos del sistema de encarcelamiento a través de sanciones intermedias entre la prisión domiciliaria y el encarcelamiento estándar.
El programa ofrece más supervisión, control y requisitos que las intervenciones estándar, con 10 encuentros entre el agente y el participante por mes, el requisito de mantener los estudios y/o el empleo o la búsqueda de un lugar de trabajo.
Las sanciones intermedias se determinan en encuentros entre el agente, el equipo de administración de casos y el participante, y pueden consistir en prisión domiciliaria, monitoreo electrónico o derivación a un hogar de tránsito. El programa dura de 9 a 12 meses.