Un estudio experimental no encontró evidencias de que la "Operación Convivencia" haya logrado producir, en términos generales, mejoras significativas en aspectos relacionados con la gobernanza del Estado, la legitimidad del Estado, las llamadas de emergencia asociadas a cuestiones de seguridad y la denuncia de delitos. Sin embargo, se identificó una heterogeneidad significativa, ya que los efectos del programa dependieron en gran medida de las condiciones iniciales pre-intervención. En los sectores en los que el Estado ya tenía una capacidad y una presencia relativamente fuertes, la intervención se aplicó de manera eficaz. Como consecuencia, en estos casos, los residentes declararon interactuar más con el equipo municipal, y el programa contribuyó a aumentar la legitimidad del Estado y a reducir tanto las denuncias de delitos como las llamadas de emergencia a la policía. Por otra parte, en los sectores donde la capacidad y la presencia estatal eran más débiles antes de la intervención, la calidad de la intervención fue menor, sin poder cumplir con algunas premisas importantes, y el número de interacciones fue significativamente inferior al observado en las zonas exitosas (alrededor del 25% en promedio). En consecuencia, no se encontraron evidencias de que el programa hubiera producido efectos positivos en ninguno de los resultados de interés [1].