Es un programa terapéutico para monitorear a los adolescentes de 12 a 17 años con problemas de comportamiento que viven en instituciones de acogida, como residencias. El objetivo es crear oportunidades para que los adolescentes vivan en un entorno familiar y, al mismo tiempo, para ayudar a los padres adoptivos a construir una parentalidad efectiva.
Para ello, se alienta a los tutores a supervisar a los adolescentes y a promover su participación positiva en la escuela y la comunidad. El programa incluye formación y apoyo para los padres adoptivos, terapia familiar para los padres biológicos, formación en habilidades y terapia de apoyo para los adolescentes, más apoyo escolar centrado en el comportamiento y el rendimiento académico.
La participación en el programa dura de seis a nueve meses, al término de los cuales los adolescentes regresan a su familia biológica y son seguidos por el programa, generalmente durante un año más.