Una revisión sistemática identificó 13 estudios publicados y seis resúmenes de disertaciones donde se evalúa la entrevista motivacional en relación con la intervención con infractores que consumen sustancias, perpetradores de violencia doméstica, conductores ebrios e infractores en general [2]. La entrevista motivacional ha ayudado a aumentar la retención y el compromiso con el tratamiento, y ha contribuido a mejorar la motivación para el cambio. Sin embargo, no siempre los cambios en la motivación conducen a cambios en el comportamiento. Las evidencias son mixtas en cuanto al impacto en la comisión de nuevos delitos (con efectos positivos en la delincuencia general, resultados mixtos en la conducción bajo los efectos del alcohol y sin efecto en la violencia doméstica).
La Plataforma Crime Reduction Toolkit consideró la entrevista motivacional con perpetradores de violencia doméstica a partir de una revisión sistemática con siete estudios, utilizando medidas informadas por las víctimas y medidas oficiales de reincidencia. En general, las pruebas sugieren que la entrevista motivacional reduce las tasas de reincidencia. La intervención animó a los agresores de violencia doméstica a cambiar su comportamiento. Sin embargo, la revisión se basa solo en un pequeño número de estudios, y se necesita más investigación para entender las condiciones en las que la intervención funciona mejor [3]. Los programas con un enfoque más empático que de confrontación parecen ser más eficaces [3] [4].