En términos generales, la evidencia científica es el resultado de estudios elaborados según los mejores métodos científicos utilizados en cada área de conocimiento con el objetivo de sistematizar y analizar la información de forma documentada y replicable.
La Plataforma está enfocada por ahora en evidencias de efectividad, un tipo específico de evidencias producidas a través de evaluaciones de impacto. Este método específico de investigación tiene como objetivo medir la relación entre un determinado tipo de programa y sus impactos sobre un determinado indicador de la realidad, buscando identificar si un posible cambio en este indicador puede ser atribuido al programa y en qué medida, tratando de descartar, en la medida de lo posible, que este cambio se deba a otros factores.
Las evidencias científicas son producidas en relación con múltiples dimensiones del sector seguridad y justicia, más allá de preguntas relacionadas con la efectividad. Por ejemplo, para tratar de discernir las causas de un problema, como son los factores de riesgo asociados con los homicidios de jóvenes; o los impactos de un problema, como son los costos sociales, económicos y políticos de estos homicidios.
La evidencia científica es solo una de las fuentes de evidencia a considerar al momento de tomar decisiones sobre qué políticas implementar. Otras fuentes de evidencia incluyen: los valores y las preocupaciones de las comunidades y partes afectadas por los programas, el conocimiento práctico (el oficio) acumulado en los equipos profesionales; o la capacidad institucional y organizacional.
Todas estas fuentes, si son bien recolectadas, sistematizadas y analizadas, son indispensables para informar el proceso decisorio. Lo que buscamos con la Plataforma de Evidencias en Seguridad y Justicia es ayudar a que la evidencia científica también pueda “ocupar una silla en la mesa” al momento de tomar decisiones.
La Plataforma de Evidencias en Seguridad y Justicia está diseñada para ofrecer ideas, inspiración, y opciones sobre qué tipos de soluciones y experiencias considerar al momento de decidir qué hacer en nuestras ciudades y países. Es decir, dar insumos que aumenten la capacidad de pensar e imaginar soluciones adaptadas a las realidades y necesidades de cada país.
La Plataforma no promueve recetas. Somos conscientes de los riesgos de “simplemente copiar las formas”, de hacer una copia irreflexiva de lo que se hizo en otros lugares. Sabemos que los contextos socioeconómicos y las capacidades institucionales son importantes y varían mucho, y que por lo tanto lo que funcionó en un lugar puede no funcionar en otro.