Una evaluación de impacto encontró que la intervención generó una disminución del 19% en el delito reportado en las zonas que estuvieron bajo vigilancia directa, en relación con la media de la muestra. En específico, se encontraron impactos estadísticamente significativos para delitos violentos (26% de disminución) y para delitos contra la propiedad (17% de reducción). No se detectaron evidencias de efecto “derrame”. Es decir, los reportes de delitos no cambiaron mucho en las zonas cercanas a aquellas donde se instalaron las cámaras (en un rango de 120 a 300 metros) [1].
Además, la cantidad de arrestos por mes bajó un 11 % en relación con la media de la muestra. Los resultados sugieren que la disminución en los arrestos se debe a un efecto disuasorio y no a un efecto de incapacitación. Los investigadores estimaron que la cantidad de delitos disuadidos debido a la vigilancia directa fue de 67 eventos por mes, lo que en 10 meses implicó 670 eventos (10 meses es el tiempo promedio que las zonas estuvieron bajo vigilancia directa).
El estudio analizó los resultados en grillas de 70 x 70 metros para la ciudad de Medellín.