Se trata de un programa de reinserción con gestión de casos para ex reclusos en transición a la comunidad. El objetivo es aumentar la adherencia al tratamiento contra la drogadicción, incrementar el acceso a los servicios de atención y reducir la reincidencia, el consumo de drogas y la infección por el VIH entre las personas en libertad condicional.
El programa tiene un modelo basado en la explotación de los puntos fuertes de los participantes, que incluye los siguientes componentes:
1) centrarse en las habilidades más que en los déficits y las patologías;
2) crear vínculos; situar al participante como responsable de la planificación futura y la fijación de objetivos;
3) usar recursos comunitarios formales e informales para ayudar a la reincorporación a la comunidad;
4) representación a través del gestor de casos para avanzar en determinadas áreas; y
5) la creencia de que todo individuo es capaz de aprender, evolucionar y transformarse con ayuda especializada.