Es un programa de psicoeducación para niñas de 10 a 12 años que están en sistemas de cuidado residencial alternativo y para sus familias de acogida. El objetivo es prevenir problemas emocionales y conductas de riesgo como el consumo de drogas, y la participación en delitos, entre otras.
La intervención se realiza a través de 12 sesiones grupales, seis para las niñas y seis para los padres. En el grupo de adolescentes, las participantes aprenden a establecer metas, mantener relaciones positivas con pares y adultos, y desarrollar habilidades de toma de decisiones y resolución de problemas.
En el grupo de padres de las familias de acogida, el enfoque es mantener la estabilidad en el hogar, preparar a las jóvenes para enfrentar la transición que implica el ingreso a la escuela secundaria, y desarrollar técnicas de refuerzo de comportamiento y expectativas realistas. Los padres reciben tareas asignadas para motivarlos a practicar sus nuevas habilidades en el hogar.