Es un programa liderado por el Gobierno de El Salvador a través de la Secretaría de Inclusión Social (SIS) con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que tiene como objetivo mejorar las condiciones de vida de las mujeres salvadoreñas a través de la prestación de servicios esenciales ofrecidos por los centros de atención integral. El modelo del programa busca promover la igualdad de género y constituye un abordaje innovador en la provisión de servicios públicos para las mujeres de El Salvador, ya que aborda retos que aún afectan significativamente el desarrollo del país: la desigualdad económica de género, la violencia contra las mujeres y la salud materna.
El programa reúne a 18 instituciones estatales en un mismo espacio físico y ofrece más de 20 servicios que responden a las necesidades de las mujeres de forma gratuita y accesible, con especial sensibilidad por sus situaciones particulares.