Este tipo de programas combina intervenciones de empoderamiento económico (como programas de microcrédito, ahorro o transferencias en efectivo, etc.) con intervenciones de empoderamiento social (como apoyo escolar, capacitación en salud y desarrollo de habilidades personales, entre otras).

El objetivo es proporcionar a las mujeres una mayor capacidad de negociación y autonomía económica para que puedan abandonar relaciones abusivas (a través del componente económico), al mismo tiempo que se las anima (y, en algunos casos, a los hombres) a reflexionar sobre las causas y los determinantes sociales de dicha violencia, y a adquirir mayores habilidades sociales, niveles de confianza en sí mismas y herramientas para transformar las relaciones de género (a traves del componente social).

Estos programas pueden variar según su duración, intensidad y combinación de intervenciones. Algunos priorizan intervenciones menores a un año, y combinan estrategias como microcrédito con técnicas de empoderamiento en grupo que abordan cuestiones como las relaciones de poder y de género. El trabajo en grupo suele incluir de 10 a 15 sesiones, y está dirigido principalmente a las mujeres, aunque en algunos casos sus parejas pueden participar en las actividades.

Otros programas combinan múltiples actividades y son de más larga duración. Pueden incluir microcrédito y sesiones para promover las habilidades sociales y profesionales, por ejemplo, o combinar las transferencias en efectivo y los grupos de ahorro comunitarios con el apoyo escolar y servicios de salud, la formación en habilidades sociales y los diálogos comunitarios sobre la prevención de la violencia.