Se trata de un programa de renovación y revitalización de espacios públicos recreativos, cuyo objetivo es construir entornos seguros que actúen como un factor de protección al reducir el riesgo de delincuencia en espacios públicos. El programa se basó en la hipótesis de que agentes criminales motivados interpretan las zonas en mal estado como una indicación de que las instituciones estatales no están presentes o no están funcionando bien, lo que conduce a una baja probabilidad de que el infractor ser capturado, detenido o castigado porcometer un delito, y que esto llevaría a una mayor probabilidad de incurrir en actividades delictivas.
El programa se basó específicamente en la construcción de canchas deportivas (acompañadas del despliegue de guardias de seguridad para el control y garantía del uso adecuado de estos espacios públicos) y la iluminación de parques, con el objetivo de incentivar un mayor uso de estos espacios por parte de la comunidad (especialmente jóvenes), fomentando así el "efecto vigilante implícito", con el fin de disuadir conductas delictivas.
De forma complementaria, el proyecto también pretende potenciar el efecto "uso del tiempo y tiempo de ocio", es decir, busca que los jóvenes en edad escolar pasen más tiempo en programas ocupacionales. Esto limita el tiempo disponible para la implicación en actividades ilícitas, y a la vez, se reduce la exposición de los estudiantes a ambientes violentos.