Es una intervención de receptividad para los jóvenes de 13 a 23 privados de libertad con problemas de comportamiento. El objetivo es reducir los comportamientos agresivos y la reincidencia.
El programa sigue los principios de riesgo, necesidad y capacidad de respuesta, adaptando la intensidad de la intervención al nivel de riesgo y necesidades presentes, pero con énfasis en la capacidad de respuesta.
Se consideran dos tipos de capacidad de respuesta:
1) general, que involucra técnicas de cambio para conductas impulsivas y abuso de sustancias; y
2) específicos, que involucran técnicas seleccionadas de manera individualizada al considerar la motivación, el estilo de aprendizaje, las habilidades y las limitaciones de cada caso.
La intervención implementa técnicas de terapia cognitivo-conductual y técnicas de psicodrama y atención/conciencia plena en sesiones individuales semanales y grupales y dura de seis meses a dos años.