Se trata de un programa policial que utiliza la movilización comunitaria, la planificación estratégica y la priorización de las notificaciones, con el objetivo de reducir el tráfico de drogas en las zonas de alta criminalidad.
Incluye cuatro fases:
1) en la fase de identificación, el departamento de policía recopila información de diversas fuentes para distinguir los puntos de venta de drogas;
2) en la preparación, los miembros del grupo de trabajo se centran en establecer relaciones con fiscales, proveedores de servicios sociales, organizaciones religiosas y grupos comunitarios, a fin de aplicar una estrategia adaptada para hacer frente al mercado de las drogas en la calle. En esta fase, se identifica y se detiene a los individuos, y cada caso es evaluado por el departamento de policía y la oficina del fiscal de distrito para determinar qué infractores serán procesados y juzgados;
3) en la fase de notificación, los infractores elegibles reciben sus notificaciones en reuniones de disuasión, en las que se fomenta el cambio de comportamiento delictivo;
4) en la fase de entrega de recursos, cada uno de los infractores seleccionados se reúne con los proveedores de servicios sociales, de acuerdo con sus necesidades, incluyendo tratamiento, educación y formación para entrevistas de trabajo.