Un estudio controlado aleatorizado (RCT, por sus siglas en inglés) encontródiferentes efectos según el género del participante [1].
Entre las mujeres, aunque no se haya encontrado ningún efecto sobre la experimentación de violencia física o emocional, se comprobó que el programa mejoraba sus puntajes en una prueba de conocimientos teóricos que se realizó, y el porcentaje de mujeres que hablaron sobre la violencia de género en la semana anterior a la intervención aumentó del 49% al 63%. También se hallaron evidencias de que las mujeres cambiaron sus actitudes hacia las normas de género relacionadas con las tareas domésticas y aumentaron sus recursos para modular su respuesta emocional al estrés.
Entre los hombres, aunque hayan aumentado los conocimientos sobre el tema (puntaje teórico de la prueba de conocimientos), no se encontraron evidencias de cambios en el contenido de las conversaciones mantenidas sobre el tema, ni en sus capacidades para modular una respuesta emocional, ni en sus actitudes.