Una evaluación de impacto evidenció que, tras dos años de seguimiento del programa, los jóvenes participantes experimentaron una reducción del consumo de drogas, del número medio de nuevas detenciones por cargos relacionados con el tráfico de drogas (alrededor de 0,35) en comparación con los jóvenes del grupo de comparación (alrededor de 0,55) y de las detenciones por cargos de tráfico (el 25% de los jóvenes volvieron a ser detenidos por cargos de drogas, en comparación con el 35% de los jóvenes del grupo de comparación). También se observaron reducciones en las tasas globales de detenciones por cargos de cualquier tipo de delito. Estas reducciones fueron estadísticamente significativas [1].