Es un programa de Seguridad Pública que fue implementado por el Gobierno del Estado de Rio de Janeiro en 2014, en preparación para la Copa del Mundo y los Juegos Olímpicos de 2016. Se instalaron un total de 38 UPP, con casi 10.000 policías, que cubren aproximadamente 264 territorios con un total de 700.000 habitantes.
El proceso de implementación implicó la selección y formación de agentes de policía, la planificación de la inteligencia y la intervención territorial. La intervención territorial fue llevada a cabo durante 3 meses por tropas de élite. El objetivo era estabilizar el territorio realizando operaciones puntuales y estableciendo vínculos con las comunidades. Tras este proceso, se inauguró la Unidad de Policía Pacificadora (UPP).
En el modelo inicial, la policía no utilizaba rifles y al menos la mitad de ella no respondía a las llamadas de emergencia. El trabajo policial se centró en la planificación y ejecución de actividades de divulgación, con talleres deportivos y educativos con los jóvenes de las comunidades, además de desarrollar labores policiales, preferentemente a pie.
A partir de 2018 el programa comenzó a enfrentar problemas de sostenibilidad, ya que volvieron a incrementarse los conflictos armados en las comunidades, y además se presentaron problemas financieros para mantener el programa, por lo que el Gobierno del Estado inició su desestructuración.