Hay dos programas de tratamiento comunitario para el abuso de drogas destinados a individuos recién liberados al régimen abierto. El objetivo es tratar la dependencia de sustancias y reducir los riesgos de reincidencia.
Los programas permiten a los participantes cumplir sus penas dentro de sus comunidades y con un seguimiento psicológico y médico para tratar la dependencia. Participan en los programas los individuos que han concluido al menos la mitad de la condena y que aún tienen pendientes de seis meses a un año, que no tienen un registro de un trastorno psiquiátrico grave y que se postulan como voluntarios al programa.
Después de la evaluación individual, un evaluador clínico y un psiquiatra derivan a los participantes a los programas que mejor se ajustan a sus casos. El programa ambulatorio intensivo consta de tres días de tratamiento con terapia individual y grupal y enfoques educativos y preventivos. El programa residencial no hospitalario dura seis meses e incluye terapia individual y grupal, rehabilitación social y desarrollo de habilidades.