Es un programa de servicios coordinados para el apoyo de individuos con trastornos de salud mental que han salido del sistema penitenciario. El objetivo es facilitar el proceso de reintegración en la comunidad y reducir la reincidencia y el abuso de sustancias a través del seguimiento continuo.
El programa consiste en la formación de equipos de trabajadores sociales y oficiales de policía para facilitar el acceso a servicios comunitarios y de asistencia, guiar durante el proceso de libertad condicional y proporcionar más estabilidad financiera.
La intervención dura de 9 a 12 meses y se basa en el enfoque de tratamiento comunitario asertivo, siguiendo cinco fases de implementación:
1) servicios de previos a la liberación;
2) compromiso, evaluación y monitoreo intensivo;
3) monitoreo y soporte;
4) planificación de cuidados posteriores al tratamiento; y
5) conclusión del tratamiento o seguimiento de la prestación de servicios.