Una revisión sistemática de Campbell Collaboration, identificó 10 estudios que evaluaron las reuniones entre autores del delito y víctimas. Participaron 2.613 personas: 1.879 autores y 734 víctimas. Nueve de estos estudios identificaron una reducción significativa en la reincidencia penal, que osciló entre el 7% y el 45%. Solo uno de ellos, encontró un pequeño aumento en las tasas de reincidencia, pero sin significancia estadística. Las intervenciones de justicia restaurativa tienen un mayor impacto cuando se aplican a delitos violentos (un 28% de reducción de la reincidencia) mientras que, en casos de delitos contra la propiedad, el efecto es prácticamente nulo [1].

Un metaanálisis comprendido por 14 estudios, específicamente enfocados en evaluar el efecto de prácticas de FCG sobre el cuidado infantil (con 12 muestras independientes), encontró que, en general, este tipo de intervención no tuvo un impacto estadísticamente significativo sobre el maltrato infantil, las tasas de separación de los niños/as de sus familias por motivos de protección, y la implicación de los servicios de protección de la infancia en el cuidado de los niños/as. Si bien los estudios retrospectivos han revelado que la intervención resultó más eficaz que los programas de atención habituales, los estudios prospectivos no observaron tal diferencia [2].

Los autores de otro metaanálisis compararon los programas de justicia restaurativa con los enfoques tradicionales no restaurativos, en relación con el comportamiento delictivo, sobre cuatro resultados: la satisfacción de víctimas e infractores, el cumplimiento de la restitución y la reincidencia fueron los resultados para medir la eficacia. Con 22 estudios únicos examinaron la efectividad de 35 programas individuales de justicia restaurativa. Los hallazgos del metaanálisis revelaron que los programas de justicia restaurativa, en promedio, arrojaron reducciones en la reincidencia. La participación en un programa de justicia restaurativa resultó en índices más altos de satisfacción de las víctimas, mayor satisfacción de los infractores (no significativo estadísticamente) y cumplimiento de la restitución con tasas más altas. Sin embargo, estos resultados positivos deben relativizarse en la medida en que, según los autores, se constató un importante sesgo de autoselección inherente a la investigación sobre justicia restaurativa [3].