Un estudio aleatorizado controlado realizado con 1.854 policías encontró un impacto positivo del entrenamiento en el cambio de las percepciones y en el abordaje de los agentes, en términos de la conducta de los policías "en el terreno". El experimento identificó efectos significativos, sustanciales y positivos de dicha formación en todas las medidas del modelo de justicia procesal (voz, neutralidad, respeto y fiabilidad) [1].
Más concretamente, los autores descubrieron que la capacitación aumentó de forma estadísticamente significativa la percepción de los agentes de policía sobre los principios de la justicia procedimental (un 4,8% por encima del promedio del grupo de control). Además, se constató que este cambio de percepción también se trasladó a cambios de comportamiento (el índice de adecuación de las acciones, actitudes e interacciones de los policías tratados fue, por término medio, un 4,1% superior al índice de los policías del grupo de control). Por último, también se constató que la formación de los gerentes en justicia procedimental aumentó la efectividad de la formación de los agentes bajo su responsabilidad, y que la formación también tuvo efectos positivos en el aumento del grado de identificación de los agentes con su institución y su profesión.
En total, un grupo de tratamiento seleccionado de forma aleatoria de 966 policías, incluidos sus gerentes, participó en el programa de formación, mientras que los 888 restantes se incluyeron en el grupo de control (es decir, no participaron en la formación).