Una evaluación de impacto evidenció que el tribunal de drogas era más eficaz que los servicios del tribunal de familia en la disminución de las tasas de consumo de sustancias en adolescentes y de la conducta delictiva, posiblemente debido a la vigilancia mucho mayor de los jóvenes en el tribunal de drogas. Sin embargo, estas reducciones relativas en el comportamiento antisocial no se tradujeron en disminuciones correspondientes en la reincidencia posterior o el encarcelamiento. Además, las conclusiones respaldan la opinión de que el uso de tratamientos basados en evidencias en el contexto de los tribunales de drogas mejora los resultados relacionados con las sustancias para los jóvenes [1].