Una revisión sistemática evaluó el impacto de 34 programas de monitoreo electrónico de infractores en la reincidencia. De acuerdo con los hallazgos, el monitoreo electrónico produce efectos positivos para ciertos infractores (como los sexuales), en ciertos puntos del proceso de justicia penal (después del juicio en lugar de la prisión), y quizás en combinación con otras condiciones y componentes terapéuticos. Sin embargo, la evidencia sugiere que el monitoreo electrónico es menos eficaz para reducir la reincidencia en otros subgrupos de infractores (no se han encontrado efectos estadísticamente significativos en infractores de alto riesgo) [1].
Dicho esto, el efecto general del monitoreo electrónico sobre la reincidencia encontrado para estudios que informaron la tasa de riesgo fue estadísticamente significativo en la dirección de un efecto de reducción del crimen. Así, puede decirse que, en líneas generales, las evidencias de impacto del monitoreo electrónico sobre la reincidencia son mixtas, dado que la estimación de la eficacia varía en función de la forma de medición utilizada. Se observa un impacto estadístico sobre la reincidencia cuando esta se mide a través de la tasa de riesgo, pero no cuando se mide en proporciones, sobre todo debido a la heterogeneidad de los estudios.
Según una segunda revisión sistemática, no hay efectos estadísticamente significativos en la reincidencia producto del monitoreo electrónico para infractores moderados y graves. Solo se identificaron dos estudios en los cuales observaron efectos en pequeñas subpoblaciones de infractores: personas en libertad condicional por delitos sexuales y personas derivadas de prisión. Pero en estos dos casos los programas de monitoreo se asociaron a técnicas de reinserción como la terapia cognitivo-conductual) [2].
Los autores de una tercera revisión localizaron nueve estudios sobre monitoreo electrónico y también concluyeron que estos programas no tienen, en promedio, un efecto estadísticamente significativo en las tasas de reincidencia. Sin embargo, los autores señalan que, típicamente, los programas de monitoreo electrónico se utilizan para mitigar los costes relacionados con los sistemas penitenciario y de justicia penal; y no siempre tienen como objetivo explícito incidir específicamente sobre la reincidencia. En este ámbito, se constataron beneficios de la adopción de la práctica, dado que el costo medio de los programas de monitoreo electrónico equivale a US$1.236 por preso, mientras que en el régimen cerrado se observó un promedio de US$2.107 por infractor [3].