Una revisión sistemática evaluó 11 estudios, que mostraron que esta modalidad de remisión no genera reducciones en la reincidencia, en comparación con casos similares que son procesados por el sistema penal regular de adolescentes o a través de otros programas de remisión. Esta misma revisión examinó potenciales moderadores de la magnitud del efecto de estas intervenciones y descubrió que la duración del seguimiento era un moderador importante. Los períodos cortos de seguimiento (de menos de 12 meses) se relacionaron con efectos fuertes y positivos, mientras que los períodos más largos de seguimiento (de 12 meses o más) se relacionaron con efectos negativos. Esto sugiere que, si bien los tribunales de adolescentes pueden ser eficaces para reducir la reincidencia a corto plazo, estos efectos no parecen mantenerse a mediano/largo plazo (no parecen durar más de un año) [1].

Otra revisión evaluó 14 estudios y comparó a jóvenes implicados en tribunales de jóvenes con aquellos que fueron procesados formalmente y con aquellos que fueron redireccionados a otros tipos de programas. Esta revisión no encontró efectos estadísticamente significativos para ninguna de las dos modalidades de programas [2].