Se trata de un programa comunitario de atención y tratamiento para adolescentes que han cometido agresiones sexuales y sus familias (incluidos los niños/as víctimas de violencia sexual dentro de la familia). El objetivo del programa consiste en la evaluación, el tratamiento y la atención de los adolescentes, sobre la base de intervenciones de tipo cognitivo-conductual y para prevenir recaídas.
El programa aborda temas relevantes como la negación, la responsabilización, los comportamientos y deseos sexuales inadecuados, y la empatía con las víctimas, aplicando un enfoque individualizado tanto con los jóvenes como con sus familias que se centra en el desarrollo de competencias socioemocionales, así como de confianza e intimidad, el fomento de la autoestima y el entrenamiento en la autorregulación de la expresión emocional. La intervención incluye sesiones individuales, familiares y grupales, y tiene una duración de 16 meses.