Una revisión sistemática de Campbell Collaboration, basada en 10 estudios (experimentales y cuasiexperimentales), encontró que los programas de segunda respuesta no afectaron de forma estadísticamente significativa a la probabilidad de revictimización, pero aumentaron ligeramente las posibilidades de nuevas denuncias a la policía. Los autores interpretan estos resultados en el sentido de que, si bien la intervención no afecta a la continuación o el cese de la violencia familiar, podría aumentar ligeramente la disposición de las víctimas a denunciar los incidentes a las autoridades. Dado que todos los estudios se realizaron en Estados Unidos y que existían diferencias en el modo de aplicación, se recomendaba que se hicieran nuevas evaluaciones [1].

La revisión sistemática actualizada (de 2021) abarcó 15 estudios experimentales y cuasiexperimentales y no encontró evidencias de que este tipo de intervención redujera la revictimización (la reducción encontrada no es estadísticamente significativa). Sin embargo, los estudios experimentales más rigurosos indicaron que las intervenciones de segunda respuesta se asociaron con un aumento estadísticamente significativo del 22% en las probabilidades de reincidencia en el maltrato familiar denunciado, sin que hubiera una variabilidad significativa en los resultados entre los estudios individuales. Los autores concluyen que las intervenciones de segunda respuesta se asocian a un cierto nivel de reducción de la violencia doméstica contra las mujeres cuando la visita se realiza dentro de las 72 horas siguientes al evento, y que pueden aumentar los riesgos de violencia cuando la visita se realiza después de las 72 horas, pero se necesitan nuevas investigaciones más profundas para confirmar este resultado [2].