La plataforma Crime Solutions identificó seis tipos de intervenciones que se centran en la prevención y/o el tratamiento y la reducción del consumo de alcohol o drogas entre adolescentes y jóvenes y que han sido objeto de al menos una revisión sistemática y/o metaanálisis.

Según los resultados de dos revisiones sistemáticas con metaanálisis, las intervenciones breves dirigidas a la reducción del consumo de sustancias entre adolescentes y jóvenes (tanto focalizadas como no focalizadas) son eficaces para reducir significativamente los niveles de consumo de múltiples sustancias (incluidos el alcohol, el cannabis y las drogas duras) [1] [2]. Las intervenciones breves también han demostrado ser eficaces para reducir el consumo excesivo de alcohol entre los estudiantes universitarios [3].

Las intervenciones breves realizadas a través de medios electrónicos fueron objeto de un metaanálisis (con 15 estudios individuales) que encontró evidencias de un impacto positivo, aunque modesto, de estos programas en la reducción del consumo de alcohol a corto plazo. Sin embargo, seis meses después de la intervención, estos efectos se disipan y ya no se detectan impactos estadísticamente significativos sobre el consumo de alcohol. Además, los pocos estudios que han examinado el consumo de cannabis no han encontrado efectos estadísticamente significativos [4].

Las intervenciones breves llevadas a cabo en entornos escolares se consideran eficaces para reducir el consumo de alcohol entre los jóvenes que han participado en estos programas [5], pero no hay evidencias de que estas intervenciones tengan un impacto estadísticamente significativo en la frecuencia del consumo de cannabis [6]. Por el contrario, los programas preventivos que trabajan con componentes interactivos han demostrado ser eficaces para reducir el consumo de cannabis entre los estudiantes de secundaria, según las conclusiones de una revisión sistemática [7].

Además de las prácticas mapeadas por Crime Solutions, se encontraron otras tres revisiones sistemáticas relevantes. La primera de ellas halló evidencias mixtas sobre la eficacia de las intervenciones comunitarias de prevención del consumo de drogas. Según las conclusiones de esta revisión, estas intervenciones generan un leve incremento del consumo a corto plazo (en particular de drogas inhalantes), y leves reducciones del consumo de tabaco y alcohol a mediano plazo. Esta revisión encontró evidencias de que los resultados de las intervenciones son mediados por dos factores de riesgo que han demostrado ser especialmente relevantes: el consumo de drogas entre iguales y la disponibilidad percibida de drogas [8]. Los otros dos metaanálisis abarcaron estudios centrados en programas de gestión de contingencias, y sugieren que la técnica es eficaz para reducir el consumo de drogas en adolescentes (y adultos) [9] [10].