Una revisión sistemática centrada en estudios que evaluaron el impacto de los programas de educación formal (educación primaria y secundaria) dentro del sistema penitenciario mostró que el acceso a la educación puede conducir a una reducción del 7% al 46% en las tasas de reincidencia [1].
La Plataforma Crime Solutions evaluó tres revisiones sistemáticas centradas en programas de educación primaria y secundaria para adultos privados de libertad, y calificó este tipo de programa como prometedor para reducir la reincidencia, ya que amplía la empleabilidad y el estatus socioeconómico de los egresados del sistema penitenciario [2] [3] [4]. Sobre la base de dos de estas mismas revisiones sistemáticas, la plataforma Crime Reduction Toolkit también califica este tipo de programas como prometedor, aunque señale que se encontraron algunas pocas evidencias (procedentes de dos estudios individuales) de que los programas pueden no tener ningún efecto, o incluso aumentar la reincidencia.
Los programas académicos y de formación profesional de nivel educativo superior al bachillerato también son calificados como prometedores por Crime Solutions, a partir de cuatro revisiones sistemáticas analizadas por dicha plataforma. Todas las revisiones encontraron efectos positivos de estas intervenciones en los niveles de reincidencia criminal [2] [3] [4] [5]. La divergencia se limitó a las estimaciones de la magnitud del efecto (por ejemplo, 37% de reincidencia entre los participantes frente a 50% entre los no participantes [2]; o 22% frente a 35%, respectivamente [5]).
En cuanto a los programas de empleo ofrecidos en los establecimientos penitenciarios, Crime Solutions evaluó y sintetizó los resultados de dos revisiones sistemáticas que aportan evidencias de que el acceso a la educación correccional reduce el riesgo de reincidencia entre los encarcelados. Una de estas revisiones estimó que, por término medio, el trabajo industrial (estructurado) en prisión conduce a una reducción del 7,8% en las tasas de reincidencia de los reclusos que trabajan, en comparación con quienes no participan en este tipo de actividades estructuradas [2] [3].
Sin embargo, los programas de empleo en entornos no privativos de libertad para personas con antecedentes penales recientes son calificados por Crime Solutions como una práctica no eficaz para reducir la reincidencia. Dicha plataforma se basó en una revisión de Campbell Collaboration que halló un tamaño del efecto medio global pequeño y estadísticamente no significativo, lo que indica que no hay un impacto relevante en la reducción de la conducta delictiva de los participantes [6]. Sin embargo, es importante destacar que el propio resumen hecho por Campbell Collaboration recomienda no generalizar los hallazgos de este estudio, debido a la gran heterogeneidad encontrada.