Se trata de un programa de despliegue de agentes de policía de "primera respuesta" ("first-response police officers", en la terminología en inglés), a los que se asigna la tarea de responder rápidamente a las llamadas de emergencia relacionadas con casos de violencia doméstica. Dichos agentes tienen autonomía para decidir si detienen al sospechoso inmediatamente y en el lugar de los hechos. El objetivo es disuadir de futuros abusos y evitar represalias contra las mujeres que denuncian casos de violencia doméstica a las autoridades.

Se trató de un programa implantado en el 6º Batallón de Policía Militar de Río de Janeiro, con el propósito de complementar a las Unidades de Policía Pacificadora ("UPP", centradas en favelas y comunidades conflictivas), incidiendo particularmente en los barrios de clase media y alta. El objetivo fue acercar la policía y mejorar su imagen ante los residentes y comerciantes, así como reducir la violencia.